domingo, 20 de enero de 2019

Microhistoria: la veranera

Centro de Medellín

Nuestro amor siempre se ha dibujado de morado. Un vestido morado lleno de minutos, así solía describirlo en el año 2015 cuando nuestra historia era solo el principio de una ilusión. 

Ha de ser por eso que la naturaleza siempre nos junta con lo oscuro; pero, también con lo profundo. Parecemos vernos, pero a veces también nos apagamos. 

Ese color, el morado, es como un regalo para nuestro amor, uno de esos que se conecta con la magia; pero que a su vez nos exige creatividad para enfrentar a diario el hecho de vivirnos. Ese que han elegido para representar la dignidad, esa que a ambos nos resulta irrenunciable y que nos recuerda que siempre somo un 'cada uno' por separado, aunque hayamos decidido caminar juntos. 

Nuestro amor es uno de verano. Nuestro amor es una veranera que se alimenta del sol cada mañana, de la posibilidad de un desayuno juntos. Es un curazao que valió 80 mil pesos en San Alejo, que casi no logramos transportar en un taxi. Es una planta que por temporadas parece marchitarse pero que, días como hoy, exhibe con elegancia y belleza el regalo de la casualidad, ese que hace honor a el instante que nos ha permitido estar juntos. 

#Microhistorias. Medellín, 20 de enero de 2019. Para Iván.  


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