viernes, 31 de agosto de 2007

Metáforas del azar


Uno de los momentos más importante en la historia de cualquier hombre es cuando confía su suerte al destino mediante una técnica milenaria: la cara y el sello de la moneda.

Recientemente tuve un paseo por el azar en el país de las metáforas y tuve que tomar una decisión haciendo uso de este mecanismo. Me calló el lado de la cara. Después de este acto heroico mediado por el destino, tuve la inquietud de escribir sobre la práctica, sus variantes y, en el caso de ser posible, hasta por los orígenes ¿Qué fue primero la gallina o el huevo? ¿El azar o la moneda? ¿La moneda o la cara y el sello?

Cuando lanzo una moneda lo hago una o dos veces para reconfirmar que el azar tiene la razón, máximo tres; pero, buscando y rebuscando encontré una práctica que puede dejarlo a uno con la boca o la mano abierta para siempre.

¿Se imagina usted lanzando 100 monedas hacia arriba, con el único objetivo de que las 100 caigan por el lado de la cara?

Cuando nació el Universo, según creencias hindúes, el señor Shiva lanzó 100 monedas al aire con el único objetivo de que todas salieran en cara. El intento no resultó y, cuenta la leyenda que desde ese día continuó la lúdica obstinada por lanzar 100 monedas al aire y obtener 100 caras por segundo ¿Será que la cara es el lado positivo de la dualidad hinduista? ¿Estará todavía Shiva lanzando monedas? Viendo y releyendo el mundo sacó mi propia conclusión: la cara es el lado positivo de la dualidad hindú y desde que Shiva empezó a lanzar las monedas, hasta hoy, siempre le han salido en sello.

El I Ching o I King, libro oracular chino cuyos primeros textos se suponen escritos en el 2400 a.C., tiene entre sus técnicas para detectar los cambios un procedimiento corto en el que se emplean tres monedas. Las monedas se lanzan seis veces al aire y por cada lanzamiento se obtiene una línea que luego determina un resultado.

La cara de la moneda es considerada como el ying de las cosas y se le asigna el valor dos y el sello se considera como el yang y se le asigna un valor de tres. Si las tres monedas aparecen en yang (sello) el valor es seis. Si dos aparecen en ying y una en yang el valor es siete y si dos aparecen en yang y una en ying en valor es ocho. La cima es llegar al nueve.

¿Entendido? Ahora veo que tirar la moneda al azar no fue en el pasado un asunto tan sencillo como lo es en nuestros días.

Ahora los celulares son publicitados con la tradición de la cara y el sello, las decisiones políticas se toman de la misma forma, las laborales, las más personales y, es muy probable, ver a una pareja sentada decidiendo su futuro en la cama y comparando el deseo con el descenso de la moneda.

jueves, 23 de agosto de 2007

El Stencil




Encontrarse a un hombre con el cráneo apoyado en el suelo, a una mujer parada contra la pared protestando por su libertad o una mofa astuta desafiando el asfalto es tradicional en las calles de Bogotá y en el paisaje urbano de varias ciudades latinoamericanas. Una guerra silenciosa ha sido declarada contra el pavimento.


Visite la página: http://www.locultural.com/ y conozca más sobre la batalla del stencil.

viernes, 17 de agosto de 2007

A mí me gusta saboreá la hierba la hierba buena…




Si me pidieran definir la paz del mundo en un género musical, la paz se llamaría flamenco.

Antes de conocer su significado, procedencia histórica, tendencia u origen, mis oídos se preguntaban por la armonía y el ritmo que se desprendía de una caja acompañada de una guitarra y unas castañuelas que, con una voz ronca y atrayente, envolvían mi cuerpo en el sabor de una de las mejores hierbas.

Flamenco, así se llama la hierba de la que me enamoré. Este género musical nació y se desarrolló en Andalucía entre los siglos XVIII y XX ¿Cuánto se demoró para llegar a mis oídos?

La música, y por eso digo que puede resumirse en paz, se conformó como una unión de mezclas de otros estilos musicales de influencia judía, morisca, gitana, castellana, africana y americana.

Esta es la música gitana, la que le dio un orgullo tardío a España, la misma de los expulsados y los perseguidos. Por eso, como lo expresa el guitarrista flamenco español Manolo Sanlúcar, la mejor forma de traducir el término flamenco es “Desposeídos de su tierra”. Esta es la música de los desposeídos, los desarraigados, los aniquilados, los libres.

Luego de emprender una búsqueda insaciable por el mundo de los desposeídos, tuve la oportunidad de conocer a un desarraigado que puso frente a mi cara y al lado de mis oídos la imagen de uno de los grandes.

De su nombre ya había escuchado pero fue él, el desarraigado (Fernando Rosas, un gran amigo) quien me elevó en la forma de un Camarón.

Camarón de la Isla, como fue conocido José Monge Cruz, nació en 1950 en San Fernando (Cádiz) y heredo su nombre artístico por el color rubio de su pelo. Era gitano, era cantaor y se hizo profesional a los 16 años con las compañías flamencas de Miguel de los Reyes y Dolores Vargas.

Su primer disco fue grabado al lado de otro de los grandes, Paco de Lucía. Murió el 2 de julio de 1992 víctima de un cáncer de pulmón.

Lo único que me entristece de la adicción a está hierba, a esta hierba buena, como lo expresa Camarón en Soy Gitano, es que en esta, mi ciudad (Medellín), las ofertas musicales de flamenco siguen siendo cortas.

Gracias a la ayuda de la Internet he podido saciar esas ansias de hierba, mientras tanto sigo esperando a tener entre mis brazos miles de discos de colección de todos los grandes cantaores.

En mis oídos, el recuerdo de cada uno de los ritmos que vaya encontrando, y, en mi garganta, este dulce sabor a hierba, hierba de la buena.

Recomendados

WEB

http://www.flamenco-world.com/
http://www.camarondelaisla.org/
http://www.manolosanlucar.com/

LIBROS

Grande, Félix. Memoria del flamenco. Madrid: Punto de lectura, edición de bolsillo. 2007. (Premio Nacional de Flamencología en 1995).

EN EL CINE

Camarón, la película, del director Jaime Cháverri. Cuenta con la presencia de Óscar Jaenada como Camarón y de Verónica Sánchez, como la Chispa, viuda del cantaor.

lunes, 13 de agosto de 2007

Lo que no entendemos del crimen











De este y varios crímenes ambientales. Un futuro incierto, rinocerontes de papel, elefantes de juguete y recuerdos naturales en el jardín del Edén.

Con rabia y dolor en el corazón lo único que me queda por decir es que en la sala de Pablo Ardila, gobernador de Cundinamarca, lo único que hace falta es su cabeza adornada con una flor y acompañada de uno de sus órganos creadores. Podría dársele un detalle final y poner una manzana dentro de su boca.
En la edición que salió a circulación el viernes 10 de agosto de la revista Don Juan aparece publicado un artículo con la más cruel de las infamias que se titula ‘Pobre niño rico’, digno de un gobernador, dueño de El Espacio, millonario y solitario.
El hombrecito vive en una casa de 2.600 metros cuadrados construida por Rogelio Salmona y, entre muchas otras de sus excentricidades, considera la cacería uno de sus pasatiempos favorito. En su mansión tiene colgadas cabezas de jirafas, elefantes, hipopótamos y rinocerontes. Resume todos estos ‘adornitos’ en sus trofeos de caza.
Cuando al hombre le preguntan si su pasatiempo favorito es un crimen ecológico, el tipo responde, sin más ni más, que no. En conclusión, Pablo Ardila puede entrar al cielo, con camello y todo debajo el brazo, por el ojo de una aguja.
Por si el hombre no sabía, los Principios de Protección Internacional del Derecho Ambiental existen. Es más, los derechos ambientales hacen parte de los Derechos Humanos de cualquier persona que habite el planeta. Dentro de estos principios, se incluye la protección de fauna y flora.
Si no es un delito matar a un rinoceronte en vía de extinción, tampoco lo es empuñar un arma y disparar contra un gobernador en pleno alegato.
Pablo Ardila debería de ser miembro del mismo grupo de primates africanos que, recientemente, anunció que quería deshacerse de 1.500 elefantes, los cuales, según ellos, estaban destruyendo árboles ¿Qué había detrás de todo? Si eliminaban a los elefantes, sus colmillos podían añadirse a las importantes reservas de marfil de Sudáfrica.
La decepción ambiental, sea cual sea el lado por el cual se mire, sigue siendo enorme. Los debates de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (Cites), que prohíben el comercio internacional de especies en vías de extinción, significan para el mundo un agarrón de 151 Estados en beneficio de sus intereses.
La comercialización de colmillos de marfil es apenas una muestra de estas discusiones y de los cambios que estamos ocasionando en nuestro entorno. El rinoceronte blanco es asesinado para extraer su carne, la tortuga de carey es de explotación masiva, los leones por algún motivo están dejando de cazar y en el mundo entero 11.167 especies animales están en vía de extinción.
Entre gustos y disgustos si se siguen cultivando flores de la talla de Pablo Ardila, lo único que van a terminar cazando los salvajes es un resfriado en la mitad de un territorio deserto.
La Cites
Aprobada en 1975 para responder a la creciente inquietud de la comunidad internacional frente a los riesgos de extinción de ciertas especies objeto de intercambios comerciales, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), establece grados de restricción de dicho comercio en función de los peligros que corre cada especie.

lunes, 6 de agosto de 2007

Unas cuantas puntadas y le regalo la mujer perfecta


Dama: Mujer noble o distinguida. En palacio y en las casas grandes, acompañante o servidora de la señora principal o de sus allegadas.

Diccionario Real Academia de la Lengua Española



Por: Perla Cecilia Toro Castaño

La primera puntada de esta historia comienza en la palabra “dama”. Desde hace 21 años ha sido uno de los términos que mayor raiting ha logrado entre los miembros de mi familia. “Una dama no debe de estar en la calle luego de las 10:00 de la noche”, “una dama no entra a su novio a la habitación”, “una dama se dedica a las labores del hogar”.

En fin, nunca he sido una dama. A esa palabra mi padre siempre le ha relacionado funciones productivas y reproductivas que, según él, reciben la denominación de talentos. Entre estos honorables dones están la pulcritud, la rectitud (añado la esclavitud), el talento en la cocina y la habilidad manual para coser y pedalear los trajes del hogar.

Con el don de coser cual Penélope en su Itaca es donde se clava la segunda puntada. Luego de mirar el zigzag en una de mis camisas me acordé de lo que algún día fue un invento novedoso: la máquina de coser diseñada para unir piezas de tela o piel mediante puntadas cerradas o en cadena.

Luego de hacer un recorrido sonoro por mi mente sentí odiar al señor Thomas Saint, inventor británico que patentó la primera máquina de coser en 1790. ¿Por qué el peso histórico de la aguja se ha clavado con mayor fuerza en la piel las mujeres?

En Medellín, la ciudad de donde vengo, es una regla cultural saber coser. El sector confección emplea a más de 100.000 mujeres cabezas de familia. Yo nunca aprendí a coser, ni siquiera a pegar un botón y si se me rompe la camisa prefiero ahondar con la tijera y crear un nuevo estilo.

Mi ira cayó por completo en la máquina de coser. En ese aparato que ha encerrado a las mujeres en su hogar clavé, como una aguja que se inserta lentamente en una uña, todo el odio que puedo llegar a sentir por los hombres machistas y sus geniales inventos.

Luego de ahondar en la máquina de mis iras, sólo pude recoger un propósito para el invento que le ha ahorrado a las mujeres el paso entre el chuzón de la aguja que deja dormida a la Bella Durmiente y las canillas que aceleran el paso de la puntada. “Las máquinas de coser sencillas se emplean para confeccionar o arreglar la ropa en casa. Los modelos más avanzados se utilizan para la confección industrial”.

Tercera puntada. En mi casa hay una máquina de coser y dudo mucho que sea industrial.

Puntada tras puntada varios inventos, que reconozco como necesarios en el mundo moderno, han contribuido al perfil machista de hombres y mujeres. Al mencionar la palabra mujeres clavo mi cuarta puntada. No puede coserse en mi cabeza la idea de que mis compañeras féminas sigan contribuyendo en esta oleada de indiferencia social.

La evaluación por la equidad debe hacerse desde el lenguaje (sin la necesidad de que seamos todas y todas. Anoto esta quinta puntada como agravio imperdonable al lenguaje), la historia, las patologías sociales y por qué no desde inventos como la máquina de coser y el delantal de cocina.

Por último, si la condición para estar vestida es tener a un montón de mujeres encerradas en sus casas o trabajando diez horas al día por un salario mínimo, prefiero hacerle culto al cuerpo y vivir como nacen las almas libres, mirando a la nada en medio de la desnudez.